domingo, 15 de noviembre de 2015

Erasmus never ends. Viajes post-Erasmus.

Querido diario napolitano:

Es cierto que tengo el blog superapalancao, pero es que, claro, mi Erasmus terminó. O eso dicen.

Ya cuando terminé el año escolar viajé un montón por Italia. Fui a Bolonia (otra vez), Padua, Milán... [tengo las fotos en el disco duro y me da perezaca]

Y cuando llegué a España viajé otro poco: Santander, Almería, Granada, Málaga y Sevilla (haciendo camping con un argentino y dos italianos... WTF? jajaja)

Santander con Juan. Ex-Erasmus napolitano :D

Locurica en Almería.
Emiliano (argentino que os sonara de este post), y tres italianos con los que viajé por Andalucía.

Granada nocturna. Fotaca profesional.

 Sevilla tiene un color especial.




Y visto que se me quedaba corto el verano, me fui a Noruega con Jéssica.




Y cuando volví, pos una semana en Mazarrón con los colegas.

 #Instapostureo #MinasDeMazarrón


 #Instapostureo #PisciPower

 Y escapada el día de mi cumple a Cartagena.



Terminado el verano me relajé un poco. Empecé de nuevo el ciclo de lengua de signos que aparté cuando me fui de Erasmus. Hice algún que otro pequeño viaje a Albacete y a Granada (again). Me puse a currar... Lo que la gente normal hace.


El chico de la derecha es un napolitano haciendo el Erasmus en Murcia y 
el morico guapo del medio es Youssef, que sale también en este post.
Porque la amistad Erasmus no tiene fronteras.

 Graná. 


Bueno, pues yo parecía que volvía a la normalidad... Hasta que un día...



Un día me llama mi mejor amigo y me dice: Cris, vuelo a Estambul 115€ nueve días y alojamiento gratis. Cagonlá... Ya la hemos vuelto a liar.

¿Y por qué "Erasmus never ends"? Porque volvimos a revivir el Erasmus, sobre todo él, que volvió a ver a gran parte de sus amigos de su Erasmus de Polonia.



Estuvimos en Estambul, Izmir, Denizli, Pamukkale y Éfeso. Yo empecé a hablar inglés (porque, sí, el italiano es muy bonito y fácil, pero una vez que sales de Italia, es de los idiomas más inútiles del mundo jajaja). Volví a revivir las salidas nocturnas, las borracheras a base de chupitos DE FANTA MAMÁ, gastarte un dineral en comer, conocer a gente distinta cada día, aprender sobre otras culturas, sobre otra religión y reaprendí a ser más tolerante...


 A topes de fantas

 ¡Comer, comer, comer!

Erasmus breakfast.

 Mezquiteando



Pero también tuvimos tiempo para el CouchSurfing ¡cómo no! Y en Denizli nos hospedó una familia turca que "conocí" en verano. Me contactaron para vernos en Murcia y darles algunos consejos para aparcar la caravana con la que se estaban recorriendo Europa entera.
El problema es que yo me encontraba en Santander y no pude conocerlos, peeeero les escribí diciendo: ¡Ey! Voy a Estambul y puede que a Izmir. Sé que vivís muy lejos pero me gusta escribir a la gente de Couch que conozco por el mundo. El destino quiso que los conociéramos.
Resulta que viven cerca de Pamukkale, y Adri ya tenía la ciudad fichaíca.
Un par de mensajes de Facebook, más unas llamadas turcas y ya teníamos Couch! Hombre, no iba a ser todo Erasmus.

Fuimos a su casa y aprendimos un poquito más de la cultura turca y de cómo se vive en familia.

 Faltan la mujer y la peque... pero no tengo fotoss :'(

turkish people jaja


 Pamukkale

 Pamukkale


 Pamukkale 

 Éfeso

 Audioguideando

 Las Erasmus más guapas de toa Izmir.







Y sí, queridos diarioderos napolitaneros. El Erasmus no es una etapa de tu vida. È solo l'inizio.




Erasmus never ends.

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