jueves, 19 de febrero de 2015

Los 20 primeros pasos de un Erasmus

Querido diario napolitano:

Me paro a pensar un poco (pero sólo un poco, no vaya a ser que se me desgaste el cerebro) y me doy cuenta de que ya ha pasado más de la mitad de mi Erasmus...

Echo la vista atrás... Y me veo a mí misma, más madura, más feliz, pero no sólo soy yo. Lo que estoy viviendo, la mayor parte de los pasos para llegar hasta aquí, hasta este punto, son igual para mí, que para el resto de Erasmus.




Los 20 primeros pasos de un Erasmus

1. Reuniones con tu coordinador/a, que alla fin fine servían de bien poco.

2. Despedidas de familiares y amigos. "Fantas", fotos, risas, llantos...

3. Nervios al coger el avión. ¿¡Y ahora qué hago!?

4. Busca un apartamento. El momento más odioso, pero en el que más nos tenemos que empeñar. Al fin y al cabo, ahí vas a vivir gran parte de tu experiencia Erasmus.

5. Peleas con tu universidad de destino. Burocracia absurda que te obliga a ir prácticamente todos los días a la oficina Erasmus, pero que te ayudará para formar ese mapa de Nápoles en tu cabeza.

6. Conoces al resto de Erasmus. Bellini. Maravilloso punto de encuentro. Con el típico: E tu di dove sei? harás un montón de amigos.

7. Empiezan las clases. ¿¡Qué hago!? ¡No entiendo ni papa!

8. Comienzas a hacer amigos italianos. Empiezas a manejar el idioma. Te atreves, incluso, con un poquito de napolitano. Omm i merd'!

9. Erasmus-orgasmus. Esto... bueno... ¿está claro, no? :P

10. Cenas internacionales. Como buena murciana, la sangría; y como buena española, un poco del jamón serrano que te envió tu abuela.

11. Fiestas. Tienes veinte tarjetas: ESN, Erasmusland, ASE... con la que entrarás gratis a muchas fiestas organizadas por ellos. O bien, irás a las fiestas organizadas en casa de tus amigos Erasmus (sólo a beber fanta, mamá, soooólo fanta).

12. Inicio de viajes. Viajes cercanos: ver Pompeya, Herculano, Sorrento... O viajes más lejanos: Florencia, Pisa, San Gimignano...

13. Italianización. Empiezas a beber expresos como no lo has hecho en tu vida, incluyes la pasta en tu dieta como plato esencial del día (o cada dos días) y te sabes el camino más corto para ir a los mejores restaurantes de pizza (Sorbillo, da Michele, Il Presindente...)

14. Risparmiare. Aprendes a decir en italiano eso que tanto necesitas hacer porque con la beca no te llega: ahorrar. (Y seamos sinceros, nuestras becas son nuestros padres. Y eso también aprendes a valorarlo. Gracias por este esfuerzo. ¡Os quiero!)

15. Derribas prejuicios. Esos conceptos previos de las personas o de ciertos sitios que condicionan tu manera de pensar... Todos, ¡a la basura!

16. Vuelves por Navidad. Ves a tu familia después de tanto tiempo. Empiezas a contar tus experiencias, la gente flipa con todo lo que has hecho, pero no se pueden hacer una idea real, porque sabes que el Erasmus no se puede contar, se tiene que vivir.

17. Vienen los amigos (o los Couchsurfers). Les enseñas Nápoles, les cuentas su historia y te das cuenta de que ahora se ha convertido en tu segunda ciudad, porque la conoces casi tan bien como que la que te vio crecer.

18. Dejas de temer. Nápoles ha "diventado" tu ciudad, se ha convertido en tu día a día, sabes cómo moverte, sabes qué metro coger y en qué parada bajarte sin acabar perdida donde se grabó Gomorra.

19. Exámenes. Aprendes a estudiar en otra lengua (es decir, leer una frase, no entenderla, buscar en el diccionario, traducirla, terminar el párrafo, ver que no te acuerdas de qué iba y empezar otra vez desde el principio. Hacer el examen, conseguir un 30 sobre 30 y sentirte the fucking boss).

20. Echas la vista atrás y escribes este post, porque te has dado cuenta de que ha pasado más de la mitad de tu Erasmus. Has visto que lo estás aprovechando al máximo, que has conocido a gente maravillosa, has salido de fiesta, has lavado a mano porque la lavadora estaba rota, has aprendido a ordenar tu habitación de manera más menos frecuente... Pero sabes que aún te queda mucha gente que conocer, muchas fiestas a las que ir, muchos platos que cocinar, mucha ropa que tender, mucho que barrer y, sobre todo, muchas, muchísimas experiencias por vivir.

A veces le digo a mis compañeras de piso italianas:
Chicas, y cuando me vaya, ¿qué? ¿Qué haréis sin mí?
Sonreímos, pero nunca respondemos. Sabemos que llegará ese día, pero tenemos que aprovechar este momento, porque cada momento es único y el Erasmus también lo es.

"Nunca sabrás el valor de un momento, 
hasta que se convierta en un recuerdo"

Sabiendo esto, disfrutemos del Erasmus, aún nos quedan muchos recuerdos que crear :)

Con to mi buen rollo,

Cris Erasmus Napoli.

No hay comentarios:

Publicar un comentario